“Mi vida es esta, subir Bahía y bajar Floresta”. En una simple frase el cronista Rômulo Paes resumió la dinámica de los muchos que vivían en Belo Horizonte durante las primeras décadas del siglo XX. En la época, “subir Bahía” representaba salir de las áreas residenciales, como los barrios Floresta y Lagoinha, para transitar entre el centro comercial, en la Praça da Estação (Plaza de la Estación) y lo administrativo, en la Praça da Liberdade (Plaza de la Libertad).
La calle, que conecta las dos áreas, también se hizo famosa por los cafés frecuentados por los poetas e intelectuales como Carlos Drummond de Andrade, Milton Campos, João Alphonsus, Emílio Moura, Abgar Renault y Pedro Nava.
LaRua da Bahia se renueva cada cierto tiempo, permaneciendo como un eje importante para las actividades económicas y culturales de Belo Horizonte. En el medio de edificios de arquitectura neoclásica, moderna y contemporáneo están situados los museos y los otros espacios dedicados a las artes. En sus alrededores también hay lugares donde se llevan a cabo actividades culturales, además de innumerables bares y restaurantes. Para sentir la esencia de ser belohorizontino, no hay nada mejor que dar un paseo por la región central de la capital minera.